"Tintín en el País de los Soviets" marca el debut de uno de los personajes más emblemáticos del cómic mundial: el joven reportero Tintín y su fiel fox terrier Milú. Publicado por entregas entre 1929 y 1930, en el suplemento infantil Le Petit Vingtième del periódico belga Le Vingtième Siècle, publicación católica y conservadora, cuyo director, el sacerdote Norbert Wallez, era abiertamente anticomunista. Fue Wallez quien encargó a Hergé esta primera aventura de Tintín.
En este relato inicial, Tintín es enviado a la Rusia bolchevique para informar sobre la situación del país bajo el régimen soviético. Lo que sigue es un viaje frenético y lleno de peripecias, donde Tintín se enfrenta a sabotajes, persecuciones, arrestos injustos y escapes inverosímiles. A través de sus ojos, Hergé presenta una visión implacable y caricaturesca de la Unión Soviética, describiéndola como un sistema ineficiente, corrupto y opresivo, donde la hambruna y la propaganda son moneda corriente.
"Me limité a mostrar lo que otros me contaban sobre la URSS. Nunca estuve allí y ni siquiera sabía demasiado del país. Era más una caricatura que una investigación", declaró Hergé con posterioridad. "Era un encargo y lo hice lo mejor que pude con la información de la que disponía entonces".
El álbum perdido de la colección
En las páginas del libro, la Unión Soviética aparece como una tierra desolada, llena de fábricas vacías, elecciones manipuladas y bolcheviques disparando a todo lo que se mueva. Tintín, por su parte, escapa de todo tipo de atentado, sabotea actos comunistas y hasta descubre que los supuestos trabajadores felices eran, en realidad, actores forzados. Una sátira política, más cercana al cine mudo de slapstick que al reportaje periodístico.Curiosamente, "Tintín en el país de los soviets" fue durante décadas el álbum perdido de la colección. Hergé decidió no reeditarlo oficialmente en color ni integrarlo al canon principal, considerándolo una obra de juventud demasiado verde en lo artístico. No fue sino hasta 2016, casi noventa años después de su aparición original, que el álbum fue finalmente publicado en color, ocupándose de su edición española Editorial Juventud, ofreciendo un magnífico ejemplar para colección con tapa dura y 144 páginas.
Aunque no es considerado uno de los mejores trabajos de Hergé, este primer álbum ofrece una valiosa perspectiva sobre los orígenes de Tintín y el contexto sociopolítico de la Europa de entreguerras. Su éxito inicial sentó las bases para la creación de una de las series de cómics más influyentes y queridas de todos los tiempos, demostrando el potencial del medio para narrar aventuras emocionantes y reflejar, aunque a veces de forma controvertida, la realidad de su tiempo.
"Tintín en el País de los Soviets" sigue siendo un documento histórico fascinante, que nos permite comprender la evolución de un artista y el nacimiento de una leyenda del cómic.