Anne-Laure Le Cunff. - Hay algunas actividades sencillas que te ayudarán a fomentar tu curiosidad y, por extensión, a aumentar tu creatividad. Prueba algunas y descubre cuáles te resultan más efectivas personalmente.
Haz preguntas: Pregúntate aleatoriamente cosas como "¿por qué?" y "¿cómo?" cuando leas algo o hables con amigos. Incluso puedes escribir algunas de estas preguntas para tomarte el tiempo de buscar las respuestas más tarde.
Lee fuera de tu campo: Elige un tipo de libro que nunca comprarías naturalmente en una librería. ¿Poesía clásica? ¿No ficción? ¿Un libro de cocina? ¿Algo sobre geología? Léelo solo por el placer de leer, aunque no contribuya directamente a tu trabajo.
Sé inquisitivo con las personas: Escoge a alguien de tu entorno a quien no hayas visto en un tiempo e invítalo a tomar un café. Haz de tu objetivo aprender lo más posible sobre sus intereses. Adopta este enfoque cada vez que conozcas a alguien nuevo.
Practica decir menos: Esto está relacionado con el punto anterior. Intenta hablar menos y escuchar más.
Sumérgete en un tema: Elige un tema que te interese y lleva tu curiosidad al límite profundizando en él. Esto significa leer muchos artículos, libros y documentos de investigación, ver charlas TED y escuchar pódcasts.
Escribe: Lleva esto al siguiente nivel escribiendo sobre el tema. Esto es exactamente lo que estoy haciendo aquí. Al comprometerme a escribir en este blog, tengo la oportunidad de explorar nuevos temas y cultivar mi curiosidad.
Lleva un cuaderno: Esto facilitará recordar los temas que te despierten curiosidad y sobre los que quieras investigar o escribir más adelante.
Aprende sobre ti mismo: La curiosidad no tiene que ser solo hacia el exterior. Explora tus sentimientos, pregúntate sobre tus metas y comportamientos, o incluso investiga tu pasado y la historia de tu familia.
Disminuye el ritmo: La productividad puede ser enemiga de la creatividad. Tómate el tiempo de dejar que tu mente divague y que las preguntas surjan de manera natural.
Pasa tiempo con un niño: Jugar y hablar con un niño es probablemente uno de los mejores recordatorios de nuestro potencial para la curiosidad.
Todos nacimos siendo curiosos. Como adultos, tenemos la opción de serlo o no. Requiere un esfuerzo consciente, pero vale la pena invertir en nuestra curiosidad para aprovechar al máximo este extenso espacio liminal que es la vida.
3 sorprendentes beneficios de la curiosidad
Según los resultados anteriores, parece que la mayoría de los adultos viven su vida sin hacer ningún esfuerzo por fomentar su curiosidad. Podrías pensar que, después de todo, quizá eso no sea algo tan malo. Pero la curiosidad tiene propiedades casi mágicas que han sido ampliamente estudiadas por los científicos.
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La curiosidad te mantiene joven: Las investigaciones muestran que mantener un sentido de asombro a lo largo de la vida, así como una actitud de búsqueda de novedades, ayuda a las personas a mantenerse jóvenes. Un estudio que siguió a individuos mayores mientras se analizaban sus niveles de curiosidad encontró que aquellos con altos niveles de curiosidad tenían más probabilidades de estar vivos cinco años después.
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La curiosidad te ayuda a aprender: Existen pruebas contundentes de que la curiosidad mejora la capacidad de recordar nueva información. Cuanto más curioso seas sobre un tema, más probable será que lo recuerdes.
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La curiosidad fomenta mejores relaciones: Según la investigación, estar genuinamente interesado en otras personas ayuda a construir relaciones más sólidas. Esto genera un mayor sentido de intimidad y sienta las bases para relaciones significativas.