Crítica de cine: "Scorpio" (1973) de Michael Winner
En la década de 1970, el género de espionaje vivía una de sus épocas doradas, alimentado por la Guerra Fría y la paranoia del momento. Entre las muchas películas que exploraban este universo de intrigas, traiciones y agentes dobles, destacó Scorpio, dirigida por Michael Winner y protagonizada por dos titanes de la pantalla: Burt Lancaster y Alain Delon.
La película sigue a Cross (Lancaster), un veterano agente de la CIA marcado por el desencanto, que es perseguido por su propio pupilo: el joven asesino a sueldo conocido como Scorpio (Delon). La historia se convierte en un juego de gato y ratón donde lealtades, principios y relaciones personales se ven puestas a prueba. El filme aborda temas como la obsolescencia del espía tradicional frente a una nueva generación más fría y eficiente, en un mundo donde el honor ya no tiene cabida.
- Rodaje en el Watergate: El equipo de Scorpio filmó en el hotel Watergate de Washington durante el rodaje en 1972, coincidiendo con el infame allanamiento que desencadenó el escándalo político. Este hecho añade una capa irónica, dado que la película trata sobre conspiraciones y traiciones gubernamentales.
La película se beneficia enormemente del contraste entre sus dos estrellas. Burt Lancaster, en la cúspide de su madurez artística, encarna al espía cansado y hastiado, un hombre que ha visto demasiada muerte y traición. Su Cross es un personaje complejo, marcado por el peso de su pasado y su lucha por mantener la humanidad en un mundo deshumanizado.
Por otro lado, Alain Delon, con su característica frialdad y elegancia, interpreta a Scorpio, un agente joven, enigmático y letal, que no duda en usar su encanto para manipular a sus objetivos. El choque de sus personalidades y sus diferentes métodos de trabajo es el motor principal.
En una entrevista de 1973, Burt Lancaster comentó sobre su personaje:
“Cross es un hombre que ya no cree en lo que hace, pero sigue adelante porque es lo único que sabe hacer. Es un tipo que se da cuenta de que el país al que sirvió toda su vida ya no es el mismo.”
- Acrobacias de Lancaster: A sus 59 años, Burt Lancaster, un exacróbata de circo, realizó sus propias escenas de acción, incluyendo persecuciones y saltos, demostrando una agilidad impresionante. Se rumorea que su contrato exigía que su equipo de gimnasia se instalara en cada locación para mantener su forma física.
Alain Delon, por su parte, dijo sobre Scorpio:
“Me interesó el papel porque no es el típico villano. Es un profesional, pero también está atrapado en una red de manipulaciones que lo superan. En el fondo, él también es una víctima.”
Para Burt Lancaster, quien ya era una leyenda del cine clásico, conocido por From Here to Eternity (1953) y The Leopard (1963), su interpretación de Cross, mostró su capacidad para combinar vulnerabilidad y fuerza física, consolidando su reputación como un actor versátil dispuesto a explorar proyectos arriesgados. Lancaster también produjo películas independientes y trabajó con directores europeos como Visconti.
Para Alain Delon, fue una oportunidad para afianzarse en el mercado estadounidense, tras su éxito en Europa con películas como Le Samouraï (1967). Aunque la película no catapultó su carrera en Hollywood como esperaba, fortaleció su estatus como una estrella internacional capaz de rivalizar con actores de la talla de Lancaster. Delon continuó trabajando en thrillers europeos, consolidando su legado como ícono del cine negro y de espionaje.
A pesar de las grandes expectativas, Scorpio tuvo una recepción mixta por parte de la crítica. Aunque se elogiaron las actuaciones de Lancaster y Delon, algunos críticos consideraron que la trama era demasiado confusa y que el ritmo resultaba irregular. La película no fue un gran éxito de taquilla, pero con el tiempo ha ganado un estatus de culto, siendo revalorizada como un interesante ejemplo del cine de espías de los años 70.
Conclusión: Aunque quizás no sea una obra maestra, su atmósfera sombría, sus giros inesperados y, sobre todo, las actuaciones de sus dos estrellas, la hacen merecedora de ser revisitada.
(+): Las actuaciones de Lancaster y Delon, la persecución en las obras y la escena final.
(-): Guion algo confuso en momentos puntuales.