Algunos experimentos muestran que la inducción al asco puede llevar a la gente a rechazar a las minorías. Y las personas con más tendencia a sentir asco suelen ser las más conservadoras. Esto podría llevar a la manipulación política. «En abril de 2012, los Republicanos sacaron tajada de la historia de que Barack Obama comió carne de perro en Indonesia cuando vivió allí de niño», recuerdan los autores. Antes de las primarias de 2010 para la elección de gobernador en el estado de Nueva York , el candidato Carl Paladino del Tea Party envió miles de octavillas impregnadas con olor a basura con el mensaje «deshazte de la peste» junto a fotografías de sus contrincantes. Algunos analistas políticos creen que esas octavillas lo ayudaron a desbancar a sus rivales para ganar la nominación republicana.
Y un dato curioso sobre el asco. Las mujeres suelen sentirlo en las primeras etapas del embarazo. El motivo es que el sistema inmunitario está debilitado y son especialmente vulnerables a la enfermedad.
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